lunes, 2 de noviembre de 2009

La capital del mundo


Ayer fue la fiesta de todos los Santos y la Capital del Mundo celebra su importante feria anual. El día empezó despejado, subiendo por esas montañas se veía la línea de costa muy amplia. Hubo mucho público y más ganado, todo se llenó de cabras, trepaban por las escaleras de la torre y por las rocas donde parecían como pinturas rupestres, como la decoración prehistórica de muchas de las cuevas de este territorio. En un ancestral y remoto pueblo entre montañas que se proclama capital del mundo, un cartel a la entrada del pueblo lo recuerda, los indianos lo convirtieron en punto de encuentro de los que emigraron por todo el mundo. Arredondo rebosaba de ganado y gente, buen ganado pero que ensuciaba con sus plastas y bolitas, pisar excrementos con cuidado, y gente, mucha gente que también dejaba sus desperdicios, latas, plásticos, basura... Costumbres y tradiciones mezcladas con consumismo y poco civismo. Por la tarde cambio el clima de forma radical, en la vuelta por aquel puerto de montaña el paisaje había desaparecido, y terminó lloviendo... como fecha que impepinablemente marca las estaciones. La lluvia arrastraría la suciedad de los animales abonando los campos, los desperdicios humanos es otra cosa, confiemos que fueran recogidos antes de que rodaran hasta el río, ese río que también los de allí dicen que es el único que va pa'rriba pues en su recorrido sube.
De cualquier forma me quedo con el arte del "Mural de cabras", obra sin firmar.
Y dos refranes para la fecha:
"Noviembre tronado, malo para el pastor, y peor para el ganado".
"En pasando noviembre, quien no sembro que no siembre".

0 Pincha este texto para comentarios.:

Publicar un comentario

ir arriba