Hoy entre nube y nube, tocaba reconocimiento por alguna orilla y nos hemos asomado hasta Ajo para contemplar como la ría se encontraba con el mar. Marea baja, y como si las arenas hubieran estado mareadas, muestran el rastros de la fuerza de las aguas, huella del sube y baja agitado, dibujos que otra marea borrará... Y aunque era su santo no vimos ninguna Concha.
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