martes, 10 de abril de 2012

La vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro

Dedicado a nuestra Querida Amiga, que el día 3 se nos fue...
En su recuerdo, un poema desde el norte tras un penoso viaje al sur para la despedida.
Querida siempre en nuestro corazón.

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