
Llueve y llueve y llueve... Tanto que al despertar nos hemos encontrado con la demolición por la naturaleza de ese histórico muro, la abalancha ha facilitado el camino a la expropiación... Y para dar la visión positiva a otra circunstancia más de la mala racha, qué suerte que ya no es nuestro y nos exime de responsabilidades. Una vez controlado y por civismo haber limpiado los restos para evitar peores consecuencias en el tráfico, quedamos a la espera de mejores tiempos...
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