

Las últimas dosis, el desayuno... Y la cena, con el huevo donde las guardaba. Falta una pequeñita, casi siempre media, en la cabecera de la cama para poder dormir. Y lo peor, los pinchazos.
¡Se acabó! A partir de ahora las tomas serán más reducidas ¡Conseguido, llegamos al final!
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