
Hora de comer de vuelta de El Soplao, por la carretera al subir, pasando por Camijanes, un cartel nos había hecho chiribitas el estómago y volvimos en busca de ese estupendo reclamo. Se leía: "CABRITO AL HORNO" y "ASADOS LECHAL CABRITOS", venía que ni al pelo para la ocasión... Menudo chasco y por eso lo contamos, comprobamos que eran carteles engañosos como un gancho descarado. Cabrito no había, solo por encargo, para no se cuantos y solo según el día. ¿y por qué dejáis el cartel en la carretera? Porque encima es de los de poner y quitar facilmente, con lo cual suena más a engaño intencionado. A la evasiva nos ofrecieron un menú único, estaba pasable, casero al menos, y lo pagamos bien. Pero ni nos dieron la razón ni quitaron el cartel. Ojo con los cabritos que quieren alcanzar la gloria con artimañas y engaños.
Por cierto, el sitio se llama Casa Gloria.
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