sábado, 19 de junio de 2010

Maestro de la palabra

Pues desde ayer conmocionada por la noticia, creo que produjo tal impacto que hasta perdimos la línea, con ganas de unirnos a esa vibración especial que ha dejado con sensación de orfandad a sus lectores... Ahora, solucionada la avería que nos desconectó, queremos que llegue a todas las orillas el mensaje de sus palabras...
Adiós maestro, para siempre permaneces en tus escritos,
y estos si que son unos buenos evangelios.

A veces, una palabra basta
(Fragmento de La balsa de piedra)

Cuántas veces precisamos la vida entera para cambiar de vida, lo pensamos tanto, tomamos impulso y vacilamos, después volvemos al principio, pensamos y pensamos, nos movemos en los carriles del tiempo con un movimiento circular, como los remolinos que atraviesan los campos levantando polvo, hojas secas, insignificancias, que a más no llegan sus fuerzas, mejor sería que viviéramos en tierra de tifones. Otras veces es una palabra cuanto basta.

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